En un mundo supeditado a la naturaleza pero también a la ciencia, resultaría increíble dudar de la buena voluntad humana si hubiese una cura para el cáncer o el VIH. Yo lo hago
“Ganamos más dinero con los tratamientos del cáncer que con la cura de la enfermedad”. No os asustéis. Es una frase de un capítulo de Padre de Familia, en la que Carter Pewterschmidt, el millonario padre de Lois, consigue hallar la cura del cáncer tras contratar a dos científicos chinos, aunque en ningún momento lo comparte con el resto del mundo.
Temo que algún día la realidad supere a la ficción. Si es que no lo ha hecho ya. Al igual que se inventaron guerras (Irak, Segunda Guerra del Golfo 2003) para dar protagonismo a la industria armamentística, la más poderosa por encima de la tabacalera, se ha dado demasiada importancia a determinadas enfermedades para vender vacunas, como la gripe H1N1, la cual fue mucho menos virulenta que la normal.
Resultaría paradójico que se trabajase velozmente en la vacuna de una supuesta enfermedad (gripe H1N1) y se ocultaran avances e investigaciones en la cura de otras que realmente son un peligro para la sociedad. En la red cada vez son más los artículos que hablan de la conspiración del cáncer y del VIH y aunque es necesario siempre contrastar y creer en la buena voluntad del hombre, también resulta inevitable que surjan dudas sobre los intereses millonarios de multinacionales, laboratorios y compañías farmacéuticas.
¿A dónde llega la estupidez humana? ¿Tiene sentido que nos paremos los pies con lo que han inventado nuestras manos? Me pregunto que más cosas podría haber aportado Steve Jobs, cuántas películas o series hubiese grabado Andy Whitfield o cuantos programas de televisión tendría en su currículum Concha García Campoy. No sería justo ni para ellos ni para sus familias que se jugase a ocultar secretos de estas enfermedades ni tampoco lo es que una persona dude de que esto sea posible. Pero dudo por naturaleza porque el mundo ya no me inspira confianza.
En una crisis económica generada por los bancos, los gobiernos rescatan a éstos y penalizan a los ciudadanos, aquellos que realmente sufren las consecuencias de una situación de la que no son culpables. Con esto ocurre lo mismo. Sólo que, si es cierto, va más allá de una crisis económica. Se trata de una crisis de la humanidad que, como los sicarios, da más importancia al dinero que a la vida. Estas multinacionales no se manchan las manos y utilizan el cáncer o el VIH (sicario) como un negocio lucrativo. Es el cáncer oculto del ser humano.
jo,
lo leer en casa. Interesante….
Dara
Date: Wed, 6 Nov 2013 11:45:30 +0000 To: dariagutierrez@hotmail.com